¿Quién pagará los platos rotos del proyecto por el COVID-19?

¿Qué sucede con las Rentas de los equipos en los proyectos por lo que afecto el Covid-19?

A parte de la nula producción de la ejecución de los trabajos y los daños que esto provoca a los inversionistas, otra de las áreas que están afectando los costos en los proyectos son las rentas de los equipos como cimbras, grúas torre, elevadores de personal, bombas estacionarias, etc.

Nos hemos encontrado que este tipo de situaciones son nuevas y provocarán cambios en la manera de cómo planteamos los controles de salubridad e higiene en los proyectos, pero más allá de esto, no estábamos preparados para una contingencia de tal magnitud, ya que no había existido una situación similar, la más próxima que recordamos fue con el H1N1, sin embargo en este periodo no se aplicó un freno total a las labores de la construcción como ha sucedido con el Covid-19.

Hemos analizado como retomaremos las actividades en las obras que tenemos en ejecución, al regresar, nos encontraremos con reclamaciones de cobro que provoco este freno en las actividades por proveedores y contratistas, lo cual de alguna manera tendremos que resolver, pero también, hemos ya enfrentado este riesgo del cual tenemos que aprender; qué sucede si la situación se vuelve a presentar en corto tiempo, como reaccionar y con qué contar para minimizar los daños de una nueva contingencia, una de nuestras obligaciones es identificar los riesgos, este sin embargo no lo vimos venir.  

¿Pero entonces, quién asume la responsabilidad del costo de las rentas y de su impacto, si los proyectos fueron detenidos por una contingencia sanitaria?

El Proyecto ?, el Contratista ?, el Arrendador ?, el Seguro de responsabilidad civil ?, el Gobierno ?

Cualquiera de las entidades anteriores por que tendrían que ser responsables, si esto no estaba en el guión, por supuesto que el Gobierno no tomará ninguna responsabilidad y no podría hacerlo, los seguros de responsabilidad civil que contratamos generalmente cuentan con una cláusula de exclusión, que indica que no serán responsables en daños que resulten de la suspensión total o parcial de trabajos o del atraso, de la interrupción o de la suspensión de cualquier proceso u operación de los trabajos.

Por consecuencia nos queda el Proyecto, el Contratista o el Arrendador.

No existe una respuesta adecuada para ello, en los contratos que firmamos en los proyectos se identifica claramente la responsabilidad de las partes, sin embargo no se precisa que hacer en este tipo de casos. El contratista se ampara en que no es una situación propia de ellos el haber detenido los trabajos, a esto se suma que generalmente tienen en su alcance el arrendamiento de los equipos, por consecuencia pretenderán cobrar lo que corresponde a esas rentas, ya que las empresas que los arrendan ponen las condiciones en sus contratos, se pueden llevar a cabo negociaciones que puedan llevar a un buen término este tipo de situaciones, pero esto dependerá en muy buena medida de cómo se encuentren la relaciones entre las partes y eso pudiera no ser del todo favorables. 

El proyecto no debiera ser responsable por esta situación porque también es ajeno a que se hayan aplicado este tipo de condiciones, a pesar de que en los contratos se establece que el contratista será responsable, pero no acota exactamente esta situación, ni tampoco las restringe, por consecuencia existirá una diferencia entre las partes, nosotros como administradores no podemos tomar partido debemos aplicar lo que nos dictan los contratos, pero si esto no existe o no es lo suficientemente claro como para determinar las responsabilidades, que hacemos, nadie las querrá asumir, porque esto a final de cuentas se transforma en costos, nosotros como administradores nos encontramos en medio de la tormenta de exigencias y decisiones encontradas. 

En estos momentos, no hay más que llevar a cabo las mejores negociaciones con los equipos de trabajo y tratar de minimizar los daños para nuestros proyectos.

Sin embargo si pudiéramos prepararnos para una próxima situación similar, definitivamente nuestras condiciones desde los concursos tienen que cambiar, tendremos que ser más específicos en los contratos de la responsabilidad de las partes, inclusive si las rentas las paga el proyecto de forma directa y no mediante subcontratos de terceros, a las empresas que otorgan los seguros de responsabilidad civil tenemos que solicitarles que esto cambie y se considere dentro de sus inclusiones.

Este es un riesgo que llego para quedarse, está en nuestras manos estar mejor preparados o no.

Me quedo con una cita:

“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio.” 

Charles Darwin